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viernes, 17 de diciembre de 2010

La tradición me empuja a hacer de nuevo una lista de propósitos para el 2011. No sé a quién se le ocurrió que con el año nuevo empezaba una vida nueva, pero creo firmemente que ese tío era idiota. O igual sólo era un genio al que le gustaba hacer sentir mal a los demás, a todos ésos que siguen su plan y a la semana siguiente se dan cuenta de que no va a llegar a ningún sitio; ni van a pesar 20 kg menos para la operación bikini, ni van a dejar el tabaco (o sí, pero recordarán dónde y volverán a buscarlo), ni cumplirán sus sueños de juventud, ni serán buenas personas. ¿Quién se cree que el 1 de enero tiene poderes mágicos que nos ayudan a ser quienes queremos?
Por eso mi propósito para este año es seguir siendo quien soy, y si el 6 de febrero me apetece ser mejor persona o el 13 de marzo dejar de morderme las uñas, lo haré, que le den al 1 de enero. Y si no pues nada, me dedicaré a seguir arrastrando un defecto tras otro hasta que no pueda tirar de más.

1 martinis secos:

Chris W. Gray dijo...

Ahora tengo ganas de escuchar "The New Year", de los Dead Cab.