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viernes, 27 de enero de 2012

Me llamo Óscar pero me llaman Cabeza de Huevo. Tengo diez años pero parezco de siete. Vivo en el hospital porque tengo cáncer.
El hospital es un sitio superguay, lleno de adultos de buen humor que hablan alto, lleno de juguetes y de señoras amables que quieren divertirse con los niños... Vamos, que el hospital es la bomba si eres un enfermo que se porta bien. Pero yo, desde que tuve mi trasplante de médula ósea, siento que ya no me porto bien.
Cuando me examina el Dr. Düsseldorf por la mañana, lo decepciono. Me mira sin decir nada como si yo hubiera hecho algo malo. Sin embargo, me he portado bien en la operación: he sido bueno, he dejado que me duerman, he sentido dolor sin gritar, he tomado todos los medicamentos. Algunos días tengo ganas de chillarle al doctor, de decirle que quizá sea él quien ha fallado la operación. Pero parece tan desgraciado que los insultos se me quedan en la garganta. Cuanto más se calla el Dr. Düsseldorf, más culpable me isento. He comprendido que me he vuelto un enfermo malo, un enfermo que te impide creer que la medicina es estupenda.







               - Eric Emmanuel Schmitt (2002). Oscar et la dame rose.

sábado, 21 de enero de 2012

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A los mayores les gustan las cifras. Cuando se les habla de un nuevo amigo, jamás preguntan sobre lo esencial del mismo. Nunca se les ocurre preguntar: '¿Qué tono tiene su voz?', '¿Qué juegos prefiere?', '¿Le gusta coleccionar mariposas?'. Pero en cambio preguntan: '¿Qué edad tiene?', '¿Cuántos hermanos?', '¿Cuánto pesa?', '¿Cuánto gana su padre?'. Sólamente con estos detalles creen conocerle.

miércoles, 18 de enero de 2012

David Gale.

Las fantasías tienen que ser poco realistas porque en el instante que consigues lo que buscabas, ya no lo quieres, no puedes quererlo. Para que el deseo pueda seguir existiendo necesita que sus objetos estén permanentemente ausentes. No es eso lo que deseas, sino la fantasía de eso. Osea, que el deseo obstenta fantasías utópicas. Ten cuidado con lo que que deseas, no por conseguirlo, sino porque estas condenado a no quererlo en cuanto lo consigas

domingo, 15 de enero de 2012

amadora de los 90

Segunda parte.


viernes, 13 de enero de 2012

13

Hoy he pensado en la de cosas que podríamos hacer si no tuviéramos miedo de nuestras familias, de las opiniones de amigos y extraños o de nosotros mismos. Ahora tenemos libertad y medios para hacer prácticamente lo que queramos, y aún así seguimos pasmados esperando a que alguien actúe por nosotros, dejando pasar la vida y las oportunidades. Ser prudente está bien, ser idiota no.

La libertad, si se tiene miedo, no es libertad.

miércoles, 11 de enero de 2012

enero

En enero voy a inventar una máquina que tome decisiones por nosotros. Algo como lanzar una moneda al aire, pero más sofisticado.

(Y además voy a: estudiar, estudiar, quejarme, gastar dinero y hacer fotos en los días como hoy, que la luz de invierno mola mucho).