A los mayores les gustan las cifras. Cuando se les habla de un nuevo amigo, jamás preguntan sobre lo esencial del mismo. Nunca se les ocurre preguntar: '¿Qué tono tiene su voz?', '¿Qué juegos prefiere?', '¿Le gusta coleccionar mariposas?'. Pero en cambio preguntan: '¿Qué edad tiene?', '¿Cuántos hermanos?', '¿Cuánto pesa?', '¿Cuánto gana su padre?'. Sólamente con estos detalles creen conocerle.
sábado, 21 de enero de 2012
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2 martinis secos:
¡qué libro delicioso!
¡qué manera de desnudar la sinrazón!
besos
mágico
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