En Madrid las calles tienen vida. Creo que fue Murakami el que comparó una ciudad con un ser vivo gigante, o algo así. Yo creo que tenía razón. Cuando me asomo a Gran Vía por la mañana - soy feliz de poder hacerlo - veo glóbulos rojos y blancos andando por la calle, llevando información de un sitio a otro.
No. En realidad veo personas con problemas que llevan miseria y prejuicios desde Cibeles a Plaza España. Veo coches con gente que grita y que toca el claxon como si no hubiera un mañana. Y los veo a ellos, pero perfectamente podría ser yo. La vida no es tan bonita como esa metáfora. La ciudad es un ser vivo, sí, pero uno enfermo.
viernes, 7 de enero de 2011
.
Publicado por Deb en 17:56
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 martinis secos:
Hola Marla!!
Yo también te sigo =)
(Y te cotilleo luego...q ahora tengo que hacer cositas ajaja)
Pero aún así... Cómo podría vivir sin la enfermedad de esta ciudad.
No podría.
(Me encanta)
Que chulo! no sabias que tenias blog
:)
Publicar un comentario